lunes, 17 de diciembre de 2007

Eran dos

Dos pedazos de hierro fundido
cada uno en distante atalaya
en monótonos versos heridos
como agua que besa la playa

Oxidados observan los tiempos
esperando que algun rayo caiga
que diluyan los cuerpos sumisos
dando origen a dos rios de lava

Concendiendo al destino su paso
descendiendo laderas rozando,
incendiando los montes, la hierba
y dejando con surcos su rastro.

Se derraman por toda la tierra,
ya se acercan, se unen los lazos,
se fusionan, se forma una estrella,
anunciando el final de aquel plazo.

A lo lejos un aguila herida
que remonta su vuelo despacio
ve los surcos la lava fundia
que formaron puñales cruzados

Cada punta anuncia una herida
que abrirá con premura en el pecho
se encona dejando aun con vida
no podrá abandonar mas el lecho.

Se saturan de cielo sus alas
y de miedo sus ojos se tiznan
ve el futuro, en los aires mojados
en la tierra la paz se calcina.

Son los vastagos de esas palmeras
que se usan en cestas y muebles
haz el cambio en la letra primera
serpentea escribiendo en el frente.

Se derrumban aquellas montañas
que albergaban los hijos ilesos
se abren grietas que rompen distancias
y cadenas que atan a presos

La coraza en el cuello calcarea
deja sin sosten al velo
el aquila lo atrapa en sus garras
regresando de nuevo a su cielo

Ya se acaban las luces del alba
se encienden los falsos luceros
ya se extinguen las penas del alma
y renacen las risas los verbos

Es dilema escapar de ese suelo
que se pisa a diario y sostiene
aunque salte mas alto y mas lejos
sin querer por los pies me retiene
02-Octubre-2003

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