Los espectadores esperaban la escena final, el libreto magistralmente escrito, la dirección impecable no dejaba escapar el mas minimo detalle, grandes efectos de sonido realzaban los momentos cumbres, solo existía un pequeño problema, el actor principal había enloquecido, no podía distinguir entre la realidad y la fantasía, por eso solo se le oía murmurar, corten, corten, corten...
19-05-2003
domingo, 25 de noviembre de 2007
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