Bajan, desde su frente hasta las cejas.
Alli, son desviadas por estos canales.
Rodeando los ojos, sin llegar a la oreja.
Ruedan por la cara, como rios triunfales.
Surgen fácil los rios, que bañan su cara.
Y en un laberinto, la mente se afana.
Buscando salida, a sus nuevas ganas,
Como un caracol, con la puerta sellada
21-04-2003
miércoles, 21 de noviembre de 2007
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